sábado, 14 de mayo de 2011

ZAMACUECA III


Zamacueca (Tercera Parte)

HISTORIA DE LA ZAMACUECA

En esta tercera entrega el autor expone algunas teorías sobre el origen del baile en Chile y el Perú. Para certificar el origen peruano se presentan las investigaciones de estudiosos extranjeros.

Por Manuel Acosta Ojeda

CHILENA

Todo pueblo tiene derecho a investigar sus orígenes arqueológicos, idiomáticos, artísticos, pero en forma imparcial. En el caso de la danza que tratamos hemos leído algún tremendismo de historiadores chilenos, recordamos uno en especial que dice que la cueca es la madre de la gran mayoría de las danzas de pareja mixta con pañuelo en ritmo 6 por 8, ejecutadas en Latinoamérica. Benjamín Vicuña Mackenna escribió: "Trajéronla a Chile, primero que al Perú, a fines del pasado siglo (XVIII), los negros esclavos que por esta tierra pasaban vía los Andes, Quillota y Valparaíso, a los valles de Lima (...)". Se basa en los apuntes de viajero francés Jullien Mellet (1823), donde describiera una danza vista en Quillota y el Almendral –alojamiento de los esclavos de Guinea en su viaje al Perú– en 1813. De Chile iría a Lima y "semi-ennoblecida" la zamacueca volvería al país del sur en 1824. Carlos Vega demostró que la danza descrita era un baile negro de Montevideo-Uruguay, llamado Calenda. Ramón Vial, escribió en 1882: "Presentar a la zamacueca como baile peruano es un error, porque precisamente en el Perú la llaman la chilena". Le llamábamos así, por un agradecimiento erróneo e ingenuo al ejército chileno que derrotó a Andrés de Santa Cruz, acabando con la Confederación Perúboliviana en 1839. Guillermo Rifo, Fernando González, Eduardo Barrios, Pablo Garrido entre otros investigadores "todos" chilenos, niegan la paternidad peruana de la zamacueca.

PERUANA

No utilizaremos las versiones de historiadores nacionales, pues harían parecer parcializada nuestra opinión. Anotamos que ya en 1712 otro francés A. F. Frézeir definió como "genuinamente limeña", la música de un baile llamado "zapateo" que por su descripción debe advertirse como origen de nuestra zamacueca.

Según Carlos Vega, estudioso argentino, la zamacueca, zambacueca, mozamala o zanguaraña, es el nuevo baile que nace en 1824, como una pantomima del fandango a principios de la República en el Perú, desde aquí se traslada a Chile y Argentina, quedando como Cueca en el primero y Zamba en el segundo, llegando primero a los aristocráticos salones hasta ser acogida por el pueblo.

No tenemos noticias, de alguna danza que haya nacido en las clases altas y triunfado en las bajas, salvo el caso de nuestro Valse que se bailaba en los salones elegantes de Lima, teniendo como cuna las clases trabajadoras de Europa. Entiéndase que la danza que llega a los elegantes salones de Santiago, es el baile de nuestras clases populares.

Pero no sólo derivó en Zamba y Cueca, ya que las tropas libertadoras que vuelven a su país de origen, no son solamente chilenas y argentinas, también son: colombianos, venezolanos y los que luego serían: bolivianos, ecuatorianos. Casi no hay ritmo mestizo sudamericano que no tenga influencia de Zamacueca.

Oreste Plath, en su trabajo Folklore Chileno (2000) comenta que por el año 1820, como producto de la Expedición Libertadora del Perú, las tropas chilenas, serían los que aprenderían esta danza, para luego llevarla a Chile.

Siguiendo un proceso inductivo, Lima era centro de producción y dispersión de Sambacuecas, (...) Para su trasladación hay que considerar la permanencia de la marinería chilena que integra la Expedición Libertadora del Perú (1820) que pudo haber traído esta danza, popular en el Perú".

En el libro de Don José Zapiola, historiador chileno, Recuerdos de treinta años escrito en 1872, escribió:

"Al salir yo en mi segundo viaje a la República Argentina, marzo de 1824, no se conocía ese baile. A mi vuelta, mayo de 1825, ya me encontré con esta novedad. (...)"

Terminada la Guerra de la Independencia, don José Bernardo Alcedo viaja contratado como músico, junto con el batallón Nº 4, quienes llevarían la zamacueca al país vecino. Extrañamente no existe ninguna partitura del maestro Alcedo sobre el tema.

Tomado de la Revista Variedades del diario El Peruano.


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